Madríz

Sí, porque los que realmente somos de Madríz decimos "madríz", no "madrit", que suena a catalino. Si acaso también podríamos decir "madrí", pero la acepción más correcta para referirse a la capi es esa, Madríz, sí, con acento en la "í". Porque nosotros lo valemos.

Este post viene al hio de la nueva campaña del Ayuntamiento para autopromocionarse y justificar las soporíferas, interminables, carísimas, peligrosas, y sobre todo, injustificables obras que, de unos años a esta parte, nos han inundado la ciudad. Y es que, según el alcalde y su equipo, hoy en día estamos mucho mejor que hace años. Y todo gracias a su excelente gestión.

La ciudad está en los límites de la salubridad debido a la contaminación. Hemos eliminado los tranvías para hacer avenidas de hasta 10 carriles de coches por pleno centro histórico de la ciudad. Las pocas zonas verdes de las que disponemos se ahogan entre tanta gente, coches, ruido,... Un tranquilo paseo por Madrid puede convertirse en una odisea. Un día de lluvia significa mínimo 2 horas de atasco para entrar a Madrid. El transporte público, cuando funciona correctamente, es para transportar a una masa inhumana de sardinas enlatadas que comparten, no sólo medio de locomoción, sino todo una abanico de aromas, olores y demás efluvios corporales.

Sinceramente, si me dieran a elegir, prefiero ese Madrid tranquilo, de tranvías, coches de caballos, construcción sostenida y parques para el disfrute de hace unos años, que la caótica ciudad que tenemos que aguantar hoy en día O eso, o me largo a Paris...